Información etnográfica:
La ceniza blancuzca obtenida de la corteza de este árbol es usada como lejía para preparar mote pelado. Para ello, el maíz se hierve con la ceniza, cuyo roce provoca el desprendimiento de su cáscara; luego, se enjuaga con abundante agua.
Los tapietes la utilizan para el tratamiento de trastornos superficiales y del sistema digestivo. Para curar los granos, se muelen las hojas y se colocan sobre el grano para que maduren rápidamente. Se utiliza, además, para curar las heridas causadas por las espinas, especialmente aquellas provocadas por las espinas de wayapa ‘Sacha Rosa’ que son difíciles de extraer, ya que se introducen en el organismo y “se van por las arterias”. Para las afecciones del sistema digestivo, se hierve la corteza junto con hojas de ñiwäsü’ï ‘tala’ y mbiyawita ‘duraznillo’; luego, se ingiere la decocción resultante. Su madera no es utilizada como leña porque cuando arde, solo produce cenizas. Su corteza y las cenizas que produce poseen propiedades tintóreas; luego de incinerarlas, se colocan en un recipiente con agua, donde desprenden un color amarillo. Según los tapietes de Tartagal, es por el color de su corteza, gris ceniza, que recibe este nombre.